El siglo XXI está llamado a significar un punto de inflexión de consecuencias casi imprevisibles en el mundo de la comunicación humana. La revolución de las herramientas electrónicas no es solo un impacto de carácter tecnológico, está marcando nuevos caminos en los usos y manejos de la comunicación. La interacción comunicativa entre los diferentes agentes comunicadores lleva consigo la definición de un nuevo perfil de acceso a la comunicación, es decir, de un nuevo lector. Leer en el siglo XXI no es solamente aplicar a las tecnologías de la información y la comunicación el modelo secuencial, directo y unilateral de la lectura basada en el viejo modelo de la imprenta. Las tecnologías demandan un lector capaz de reconocer e interpretar mensajes plurimediales o multimodales en los que las opciones y posibilidades son cada día más generosas y plurales. Leer en el momento actual empieza a ser ya “otra cosa”.