El Intruso
En “El intruso” nuestro personaje ha cometido la torpeza de sacar provecho personal a costa de algo prohibitivo por aquellos a los que sirve. Una noche se levanta y a través de la ventana de su habitación descubre que alguien le está espiando bajo una farola. Su imaginación se pone en marcha y el miedo activa su angustia. Su mujer se ve arrastrada por las sensaciones de su marido. El acoso se activa más y más, sobre todo con la aparición de un anónimo y el espacio cerrado de la habitación se estrecha creando un clima inquietante. Al final no les quedará más remedio que enfrentarse abiertamente con el sujeto provocador del acoso.