Cuando ponemos un espejo en la calle que refleja actitudes, situaciones casuales, o transeúntes que interactúan fugazmente, reflexionamos mejor.

Flux invita a que participemos del juego en un espacio de comunicación y diversión porque no hay espacio más teatral que las ciudades. Conducidos por la voz de Txubio, un altavoz que es conciencia y delirio, los paseantes se ven retratados con lupa y salen a relucir las situaciones más imprevisibles. Con alfombra roja incluida por aquello de los irresistibles quince minutos de fama.

Premio al Espectáculo más original e innovador en el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle de Valladolid 2016.

Un show de: ZANGUANGO TEATRO

Fundado en 1993, Zanguango Teatro ha producido espectáculos tanto de calle como de sala. Su trabajo se basa en técnicas de creación colectiva, en lo físico, el movimiento, en la concepción del espacio y el ritmo como ejes de la acción dramática. El trabajo del actor y el trabajo de grupo son los pilares en los que fundamenta su acción, huyendo de artificios y trucos.

Sus temas se refieren al comportamiento humano en todas sus facetas, buscando la parte mágica, desconcertante y divertida de las situaciones más cotidianas y reconocibles, con un humor corrosivo, comprometido, crítico y original.

Todos los trabajos que el equipo de actores ha realizado en la compañía han sido trabajos de creación colectiva. Nunca han partido de un guión, o de un texto predeterminado, sino que han asumido de manera global el reto de una creación completa. El actor no es sólo intérprete, es también creador.

Entienden la realidad acercándose a ella desde la descolocación como método de conocimiento, riéndose de ellos mismos. El absurdo, la ironía y el humor son sus puntos de partida en el trabajo.

Quieren que el espectador entienda y se identifique de una forma directa con las situaciones que se le presentan.

El ojo del público es el primer elemento de orientación. Cuando sienten esa expectación, que exige en todo momento que no haya nada gratuito, que no se abandone nada a la desidia y que todo surja de una perfección constante, se dan cuenta de que el público no tiene una función pasiva. No necesita intervenir ni manifestarse para participar. Su participación es continua a través de su presencia expectante. Esta presencia debe percibirse como un reto positivo, como un imán frente al cual no pueden permitirse ser "de cualquier manera".

Su manera de trabajo se caracteriza por la investigación, se enfrentan a cada proyecto como un pintor ante un lienzo en blanco, asumiendo serenamente la carga de inseguridad y al mismo tiempo con la confianza que les da la experiencia.